El Bullying ha logrado acaparar el interés de padres y apoderados quienes se preguntan por qué este fenómeno va en aumento, pero además ha generado una serie de dudas e incertidumbres que espero poder aclarar con cada uno de los mitos que he encontrado sobre esta temática.
Mito 1: Existe un perfil específico para el agresor y víctima.
El estereotipo tradicional definía al agresor como un individuo, generalmente hombre, que presentaría un patrón agresivo de conducta frente a una víctima tímido/a e introvertido, sin embargo, este retrato estereotipado ha sido cuestionado, ya que se ha observado una gran heterogeneidad en las características de personalidad de ambos involucrados.
Mito 2: Bullying es sinónimo de agresión física.
Se suele creer que el término bullying sólo hace alusión a la violencia física, pero este término también incluye una dimensión psicológica (sobrenombres, aislar de las actividades, por ejemplo). Además considerar una agresión aislada como Bullying es un error, recuerde que el Bullying se caracteriza por tres aspectos: ser un acto de acoso frecuente, hay un desequilibrio de poder y es intencional.
Los expertos señalan que no corresponde usar esta terminología en niños de 1° a 4° básico, ya que a esa edad difícilmente una conducta sea intencionada.
Mito 3: El bullying se da entre los alumnos de enseñanza media
El peak de este fenómeno ocurre entre 6° y 7° básico y se cree que se origina por la lucha de poder, estatus y con el objetivo de establecer jerarquías.
Mito 4: Atribuir las causales de bullying a la víctima
Muchas personas creen que la víctima “algo” ha hecho para generar que sus compañeros lo acosen, comentarios como "es un niño/a muy raro" son creencias que hay que desechar, ya que incluso hay aspectos positivos, como las buenas notas, que se pueden transformar en la base del bullying.
Mito 5: Para detener el bullying lo mejor es responder de la misma forma
Recomendarle a sus hijos o hijas "pégale un combo, así nunca más te va a molestar"; es una sugerencias que lo único que hacen es reforzar y mantener el bullying en los colegios. Lo mejor es reforzar habilidades en su hijo/a que le permitan afrontar este tipo de situaciones.
Mito 6: Mi hijo no está ejerciendo bullying, sólo observó lo sucedido.
Algunos estudiantes suelen decir “Yo nunca intervengo en los problemas de mis compañeros, ellos tienen que aprender a solucionar sus problemas solos; si me meto me van a intimidar también a mí”. No intervenir es un rasgo muy poco ciudadano, irresponsable y poco solidario; y como papás no podemos mantener esta creencia entre nuestros niños y adolescentes. No intervenir es ser cómplice y válida la violencia.
Daniella Devlieger R.
Psicóloga - Colegio Mons. Manuel Larraín