Con un gozo profundo y un anhelo de esperanza hemos vivido como comunidad educativa la celebración de Pentecostés. En ella hemos querido encontrarnos con nuestras heridas y debilidades para que la fuerza de la esperanza la inunde y al mismo tiempo rezar por nuestros apoderados y alumnos que están pasando por una enfermedad.
Pentecostés es fuerza y vitalidad que viene a dar sentido a nuestra fe, sus dones nos revitalizan y nos renuevan siempre en la tarea de educar y acompañar, ellos son un impulso misionero en lo que día a día vivimos en el encuentro con los niños y jóvenes de nuestro colegio.
Por ello damos gracias por haber celebrado juntos niños, jóvenes, docentes, directivos y asistentes el gozo y la fuerza del Espíritu Santo.
Más información: Diócesis de Talca
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